09 noviembre 2012

La Pastorcilla Menopáusica: Historia de una Madre sin Tabúes

Llega un momento en la vida de todo hombre en el cual tú mamá te dice que está menopáusica.

Al menos, eso quiero creer, no se cómo será tu madre en relación a todo lo que a su desarrollo hormonal refiere, pero la mía no es muy reservada. Nada del otro mundo o vulgar, siempre una dama pero si la causa de su humor es la fecha del mes, te lo dirá sin tabúes ni faltas de respeto a sí misma, a ti o al género femenino en su totalidad.

Muy sincera y honesta ella y igual que mi padre.

Los síntomas de la menopausia son altamente desconocidos para mí y mi madre lleva unos años diciendo:
Hijo, ¿no tienes calor? Creo que estoy menopáusica.
... así que dejé de tomar en serio esa afirmación hace algún tiempo.

Muy en el fondo, creo que está buscando el momento que sea cierto y, como dice ella:
... poder salir de esto de una buena vez.
Es que ser mujer es díficil, y si algo doy gracias a los astros, dioses o la fortuna es haber nacido hombre, y si la reencarnación existe y antes de cruzar el umbral que me traerá de vuelta a esta tierra me preguntasen:
Hijo mío - por eso de que Buda dice que somos sus hijos ¿no? - ¿Quieres ser una mujer exitosa, admirada y millonaria en tu siguiente viaje? o ¿un hombre pelabola, miserable y poco exitoso con las mujeres?
¡Pelabolas! o gran sabio ¡pelabolas! - responderé sin pensarlo dos veces ni arrepentimientos -.
Ahora que lo pienso, eso explica mi cuenta bancaria y mi vida social a cabalidad. 

Las admiro a todas, pero volviendo al tema: Mi madre y su menopausia - por si se te había olvidado -, ya el cuento de su desorden hormonal estaba peor que el cuento del Pastorcillo Mentiroso
¡Ahí viene el lobo!, ¡ahí viene el lobo!
Mucha bulla y poco lobo.

Sin embargo, en estos días recibí un mensaje por WhatsApp que jamás podré olvidar:
Padre, ¡Cuenta Conmigo!
Padre, te quiero. Prepárate para lo que viene. Recuerda que aquí siempre tendrás refugio si algún día deseas huir de la criatura que escogiste como madre de tus hijos durante estos tiempos apocalípticos.

Quizá los Mayas tenían razón.