Quien alguna vez en la vida me ha visto, podrá decir con toda propiedad:
¿Qué coño vas a saber tú de estar gordo si eres un esqueleto andante digno de ser objeto de estudio en la Universidad Central de Venezuela?
Y a esas personas les diré:
Ese no es peo tuyo, ¡Mamagüevo! Anda a bucearte a tu hermano que podría ser parte de Body Worlds porque no hace falta disecarlo para tenerle miedo"
Sin embargo, he notado y si eres hombre, tú también, que entre las mujeres existe cierta percepción de su autogordura que escapa a la mayoría de nosotros como género humano que no comparte sus aflicciones. Cabe destacar que no todas las mujeres sufren del Síndrome "Estoy Gorda", pero aquellas que sí lo padecen son la mayoría.
De este grupo de hermosas féminas se desprenden dos categorías: Maniáticas e Ignorantes.
Maniáticas: Son aquellas esbeltas chicas que como conservan un peso adecuado para su contextura ni tú ni yo pensaríamos que sufren del "SEG", pero que al aumentar 1 kilo, regresan al fiel gimnasio. Ese monstruo que habita nuestro mundo y que se alimenta de la inseguridad de la humanidad para construir su imperio mediante espejos y máquinas que requieren de un Ing. Aeronáutico para funcionar.
Allí, estas hermosas chicas, sufren lo innombrable para alcanzar lo que ellas han idealizado como la perfección estética, su peso ideal, el santo Grial de la cosmética y la belleza moderna, pero la verdad es que el sueño de toda mujer no es casarse con un hombre millonario, nada de eso, es comer sin engordar.
Las Ignorantes, son un poco más fáciles de identificar, son tan fáciles de identificar que si vas a una rumba siempre hay una de ellas rodeada de sus amigas; todas están hablando de que están "gordas"; y cuando revisas las fotos de esa rumba, donde sale la chica en cuestión no salen sus amigas porque ella ocupa todo el cuadro de la imagen pero a diferencia de la maniática ignora su comentario y se olvida de sus kilitos de más.
Encuentra el Gordito
Amiga, tú no estás gorda, la verdad es que eres adoptada, tu madre biológica está en el Parque El Pinar, y es una hipopótamo de 1 tonelada. Deberías visitarla, ella te extraña.
Aquí estás con un mes de nacida
¿Ves que sí se parecen?
La moraleja de esta historia es muy simple, el sobrepeso femenino es cuestión de percepción. Lo que para ti como mujer es una barbarie es totalmente imperceptible para mí o para cualquier otro hombre.
Estás bella, mi niña. No necesitas torturarte.
No existe nada de malo con estar en forma si eso quieres, yo te apoyo y te acompaño -en espíritu, soy muy morsa para hacerlo en físico- pero debes estar segura de que lo haces por las razones adecuadas y no para mantener una figura ficticia creada por los medios y revistas de cuerpos imposibles e inapetecibles.
¿Cuándo fue que esto...
...se convirtió en mejor que ESTO?