
Nunca me han gustado las series de doctores. Ni
ER, menos aún la dichosa y novelera
Grey's Anatomy - que al final de todo, la Grey nunca muestra su
anatomía - son shows que llamen mi atención, pero la que veo de vez en cuando es al tal
Dr. House. Hay algo en ese grupo de negligentes e incompetentes "salvavidas" que no me deja cambiar el canal si por accidente caigo en tan mala representación de un pabellón de medicina.
Si te gusta el programita, debes estar indiganad@ y algo arrech@, pero acéptalo, en esa
clínica no hay más que unos viejos jugando a ser el elenco de
Beverly Hills 90210 - la vieja -.
Cada episodio es igual al anterior, con la salvedad de que el paciente sufre de un mal distinto, pero que igual ninguno de los
doctores sabe qué coño es, y mucho menos cómo curarlo. ¡Incompetentes, neglignetes con complejo mesiánico!, seguro estudiaron con los cubanitos de la revolución.
Cada paciente - suicida - que ingresa en ese antro, se expone a ser conejillo de indias de los
científicos que acompañaron a
Hitler.
Lo mejor de toda la serie es que hay drama, suspenso, romance, muerte, sexo y tension, sin mencionar cómo el
Dr House jode a su amigo y viceversa, parecen
Zack y
Slater de
Salvado por la Campana, con una relación de amor-odio que si la serie se extiende mucho terminan juntos al mejor estilo
Brokeback Mountain.
Con cada análisis que le hacen al enfermo le queda menos tiempo de vida: "10 años... 10 meses... 10 días... 10 horas..." hasta que realizan el análisis del minuto 52 de la serie y dicen: "sólo tiene síntomas de gripe porcina y el tratamiento mágico resuelve problemas es:"
- Abrigarse y evitar cambios de temperatura
- Comer fruta y verdura rica en vitaminas A y C
- Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón
Ésta es una serie que muestra el poder divino y la mano de Dios trabajando constantemente para salvar vidas como la serie
Touched by Angel nunca pudo.
Es realmente un milagro cómo un paciente entra medio muerto, lo operan, lo injectan, le meten y sacan tubos, lo dopan en medicinas - mientras el
doctor se droga con las mismas medicinas -, buscan transplantes, juegan ajedrez con la vida del suicida de turno y el pana al final del episodio sale VIVO y además, feliz de haber estado en tan buenas manos.
La parte cumbre y que no puede faltar, es cuando el suicida, ya mejorando, pregunta:
"...entonces, ¿no voy a morir?"
- No animal, pero casi te matan -.