Anoche andaba por el centro de la ciudad y había una marabunta de gente reunida en una plaza mientras se estaba quemando la Torre de Calgary en la cima. ¡Poco 'e Locos!
Tronco de rumba - bueh, nada como una rumba real venezolana -, música, animador, cámaras de TV y comentaristas por todos lados. Como no entendía lo que pasaba hice lo más lógico y venezolano que se me ocurrió: Llamé a mi familia para que vinieran a chismear conmigo, y muy venezolanamente, vinieron.
Resulta que sobre la tarima había una especie de hoguera que venian a quemar todos juntos y estaban esperando a una chama que cargaba una antorcha para encenderla.
Por lo poco que logré comprender, parece que la antorcha ésa está maldita. Todo aquél que ose tocarla no puede, sino correr.
Me sientía como atrapado en el Señor de los Anillos: "debo llevar mi preciada llama hacia... hacia... hacia... ¿allá?". Lo bueno es que una vez que le pasas el fuego a otro el espíritu del dios del fuego te abandona y eres libre de caminar por donde quieras.
El fuego ése se lo llevaron de Grecia, por lo que oí. Dijeron:
La llama Olímpica, dejó Grecia hace 91 días...
Y me preguntó por qué le robaron la antorcha a la Sra Olimpia, pobrecita debe estar desesperada buscando como prender su chimenea con el frío que debe tener.
Entre toda esa gente, tuve la oportunidad de ver a un señor que se escapó de la maldición de la chispa ésa. Parecía muy contento de haberse librado de ella porque lo único que hacia era sonreír y cargar su apagada antorcha pa'rriba y pa'bajo. Me recordó vagamente a San Nicolás, ¿será por miedo al fuego que vive en el Polo Norte?
En fin, cuando encendieron la hoguera que estaba en la tarima, el poco de enfermos mentales con demencias piromaníacas, se volvieron locos, gritaron, aullaron y hasta el alcade dijo unas palabras.
¡HEREJES! Rindiéndole culto al fuego de la pobre Sra Olimpia que seguro está pasando frío. Y ese poco de gente maldita por el fuego ése; caminando por todo el mundo. Yo no entiendo por qué caminan tanto, ¿Será que quién puso esa maldición no sabía que hay aviones para llegar más rápido a los lugares?
Tanta corredera me agota de sólo pensarlo.
Todo este peo para quemar una hoguera y luego de una hora, un pobre hombre condenado, se acerca al fuego y prende su antorcha y arranca a correr otra vez: la maldición ha caído sobre él - si yo hubiera sabido que me iba caer la maldición, ni me le acerco a la hoguera del infierno -.
Y el Narrador todo el rato diciendo "Ahí viene, ahí viene, ahí viene..." y después "ahí va, ahí va, ahí va..." Tremenda educación en Periodismo.
Creo que nunca entenderé esta gente, todo ese alboroto por un tipo con fuego en la mano. ¿Que vendrá después? ¿Carreras de niños con tijeras? !Poco 'e Locos!