En el colegio siempre nos enseñan que hay cuatro estaciones - Invierno, Primavera, Verano y Otoño - pero yo nunca las he vivido. En Caracas hay sólo dos: Lluvia o No Lluvia, simple. Así que contento emprendí mi viaje a tierras desconocidas con la esperanza de algo nuevo.
Al llegar noté que todo el horizonte se viste de blanco para recibir el niño Dios y sus Reyes Magos. Las casas adornan los patios - como en Caracas sólo que esta vez, los árbolitos están cubiertos de nieve y no de foami blanco - con luces y cosas afines.
Todo es grandioso y diferente cuando pasas por aquí, te sientes en un película de esas de Hollywood y tu eres el Pobre Ángelito. Música y paisajes todo se une en el armonioso panorama que envuelve la navidad. ¡Qué lindo! - Maricón, cómo que "lindo"... La nieve te congeló las pelotas o ¿qué? ¡Ahombrate! -.
Recorriendo la ciudad - pueblo que se cree ciudad - una tarde, empezó a nevar, la primera nevada en la que estaba. Me sentí como un niño de 5 años y al mejor estilo "Charlie Brown" saqué la lengua y esperé a que cayerá la nieve para comerla - Dios, por favor, dime que alguien lo vió y se rio de este miserable show -.
A mi alrededor, escuchaba murmuros, risas y carcajadas - Gracias Dios, esta vez me escuchaste - pero estaba muy ocupado comiendo nieve como para distraerme - ¡Jajajá! ni cuenta se dió de la joda que le aplicaron, ¡jajajá! -. Fue divertido y la nieve estaba fría y sin sabor - ¿Qué esperabas? un raspado de Sabana Grande derretido, ¡Bestia! -.
Estaba ilusionado al entrar a un nuevo país y encontrar la variedad de la cual tanto me hablaban en el colegio, pero resulta que aquí donde estoy, también cuentan con sólo dos estaciones: Nieve o No Nieve. Y lo único que sé de la Primavera, es lo que sabía antes: es una pizza de Pizza Hut.
Al fin de cuentas, esto aquí es la misma vaina que Caracas pero con más frío y menos gente. ¡No hay lugar como el hogar!
P.D.: Esta entrada fue una pérdida de tiempo, si la leiste me disculpo.
Al llegar noté que todo el horizonte se viste de blanco para recibir el niño Dios y sus Reyes Magos. Las casas adornan los patios - como en Caracas sólo que esta vez, los árbolitos están cubiertos de nieve y no de foami blanco - con luces y cosas afines.
Todo es grandioso y diferente cuando pasas por aquí, te sientes en un película de esas de Hollywood y tu eres el Pobre Ángelito. Música y paisajes todo se une en el armonioso panorama que envuelve la navidad. ¡Qué lindo! - Maricón, cómo que "lindo"... La nieve te congeló las pelotas o ¿qué? ¡Ahombrate! -.
Recorriendo la ciudad - pueblo que se cree ciudad - una tarde, empezó a nevar, la primera nevada en la que estaba. Me sentí como un niño de 5 años y al mejor estilo "Charlie Brown" saqué la lengua y esperé a que cayerá la nieve para comerla - Dios, por favor, dime que alguien lo vió y se rio de este miserable show -.
A mi alrededor, escuchaba murmuros, risas y carcajadas - Gracias Dios, esta vez me escuchaste - pero estaba muy ocupado comiendo nieve como para distraerme - ¡Jajajá! ni cuenta se dió de la joda que le aplicaron, ¡jajajá! -. Fue divertido y la nieve estaba fría y sin sabor - ¿Qué esperabas? un raspado de Sabana Grande derretido, ¡Bestia! -.
Estaba ilusionado al entrar a un nuevo país y encontrar la variedad de la cual tanto me hablaban en el colegio, pero resulta que aquí donde estoy, también cuentan con sólo dos estaciones: Nieve o No Nieve. Y lo único que sé de la Primavera, es lo que sabía antes: es una pizza de Pizza Hut.
- A ver si maduras, Bestia -
Al fin de cuentas, esto aquí es la misma vaina que Caracas pero con más frío y menos gente. ¡No hay lugar como el hogar!
P.D.: Esta entrada fue una pérdida de tiempo, si la leiste me disculpo.